Hacia la primera generación libre de trabajo infantil

Una lectura integrada e interdependiente de la Agenda 2030 a la luz de la meta 8.7

1. Fin de la pobreza

Los índices de pobreza extrema se han reducido a la mitad desde 1990. Si bien se trata de un logro notable, 1 de cada 5 personas de las regiones en desarrollo aún vive con menos de 1,25 dólares al día, y hay muchos más millones de personas que ganan poco más de esa cantidad diaria, a lo que se añade que hay muchas personas en riesgo de recaer en la pobreza.

La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Entre sus manifestaciones se incluyen el hambre y la malnutrición, el acceso limitado a la educación y a otros servicios básicos, la discriminación y la exclusión social y la falta de participación en la adopción de decisiones. El crecimiento económico debe ser inclusivo con el fin de crear empleos sostenibles y promover la igualdad.

Compromiso por erradicar la pobreza extrema para todas las personas y en todo el mundo para el año 2030. Se considera que sufren pobreza extrema las personas que viven con menos de 1.25 dólares americanos al día. De forma empírica, se tiene que los países con ingresos más bajos presentan las más altas tasas de trabajo infantil, pero el fenómeno también alcanza a un número muy importante de niños, niñas y adolescentes en países de ingresos medios. La principal relación que se cita entre trabajo infantil y pobreza es una de interdependencia, ya que las familias pobres no pueden prescindir del trabajo infantil pues tienen que suplir sus necesidades básicas de subsistencia. Sin embargo, un grupo de autores desafía la teoría de que mayores ingresos suponen menor trabajo infantil y proponen que este es mayor en familias pobres que tienen acceso a recursos productivos que en familias sin recursos.